Un día nos encontraremos
en otro carnaval
tendremos suerte si aprendemos
que no hay ningún rincón
que no hay ningún atracadero
que pueda disolver
en su escondite lo que fuimos
el tiempo está después.
El carnaval, como celebración universal, busca permanentemente la transgresión y la liberación de las pulsiones reprimidas. Los cuerpos se entrelazan y los hombres van hacia la comunión de manera independiente de las estructuras sociales establecidas.
“Los placeres del carnaval, celebran el hecho de existir, de vivir juntos, de ser diferentes, incluso desiguales, al mismo tiempo débiles y fuertes, felices y tristes, emocionados y frívolos, mortales e inmortales.”
D. Le Breton, Antropología del cuerpo y la modernidad

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